Hace unos tres o cuatro años la mayoría de los colombianos no teníamos idea de qué era una ‘reina pepiada’, el pan de jamón, unos ‘bollitos pelones’ o una ‘cachapa’, menos aún teníamos conocimiento de la riqueza gastronómica de Venezuela, nuestro país vecino, pero la migración lo cambió todo.
Ahora no solo comemos esas preparaciones, sino que tenemos acceso a parte de sus ingredientes y productos y se está creando un nuevo recetario con la mezcla de cosas nuestras y suyas. A eso precisamente le apunta el libro Colombia y Venezuela: Historia, Alimentación y Sabores Compartidos, desarrollado por la Fundación Bigott de Venezuela y la Fundación BAT Colombia.
La obra es el resultado de la investigación iniciada en el 2017 por la antropóloga colombiana Esther Sánchez Botero y la historiadora venezolana Ocarina Castillo D’imperio y narra la historia de ambos países alrededor de la gastronomía.
A través de Colombia y Venezuela: Historia, Alimentación y Sabores Compartidos podemos conocer hábitos alimentarios, sistemas agropecuarios y otros elementos como de dónde provienen los alimentos, cómo son procesados, así como la tecnología y utensilios que se utilizan en las preparaciones de cada país.
En otras palabras (como dice la presentación de la obra “…pretende mostrar por qué comemos lo que comemos y cómo lo hacemos en las distintas regiones que configuran a cada país”…).
El libro, totalmente ilustrado con dibujos, imágenes de antiguos cuadros y fotografías, incluye además tres capítulos dedicados respectivamente a recetas tradicionales venezolanas, preparaciones colombianas y nuevos platos mezcla de ambas culturas.
Colombia y Venezuela: Historia, Alimentación y Sabores Compartidos fue ganador del premio Tenedor de Oro en la edición 2021 de la Academia Venezolana de Gastronomía y está dedicado a don Lácydes Moreno Blanco y a José Rafael Lovera, estudiosos de las costumbres gastronómicas de su respectivo país de origen.
Más información: https://www.fundacionbat.com.co
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