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Los aguaceros que está dejando el fenómeno de La Niña en varias ciudades del país son la forma cómo el fenómeno climático está diciendo adiós, luego de 28 meses ‘en cartelera’: Medellín, el Valle de Aburrá, Gachancipá (Cundinamarca), Caldas (Antioquia), Popayán, Cartagena, Villavicencio, Envigado, Pereira, Ibagué, Mistrató (Risaralda), Supía (Caldas) y Bogotá, sumado a una larga lista, han sido afectadas por inusuales (y muy fuertes) aguaceros que solo estragos es lo que han dejado.

«Solo hemos tenido un día en enero sin lluvias y, según pronósticos, la temporada invernal continuará hasta unirse con la de marzo», este fue el tuit escrito por la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, refiriéndose a la situación de calamidad ocasionada por las lluvias en la ciudad.

Y es que, precisamente, se espera que La Niña esté yéndose del todo para el cierre del primer trimestre del año, lo que se constituye en una buena noticia; la mala es que las lluvias seguirán con variada intensidad puesto que justo para finales de marzo arranca la primera temporada invernal del año en la mayor parte de la zona Andina.

Ahora, merece la pena explicar que la primera temporada invernal se debe al paso de la llamada Zona de Confluencia Intertropical (ZCIT), una banda de nubes cargadas de agua que viajan entre los trópicos, de sur a norte durante el primer semestre del año (todos los años), para luego hacer su viaje en sentido contrario durante el segundo semestre.

Acerca del intenso invierno que padece el país el meteorólogo Cristian Euscátegui explicó: «Por estos días la ZCIT está en el sur del país, lo que explica la normalidad de las lluvias en esa zona del país (Cauca y Nariño, por ejemplo); lo que no es normal esa cantidad de lluvia tan atípica que ha caído en buena parte del país».

El meteorólogo explicó que, al fenómeno de ‘La Niña’ y de la ZCIT se suma también que el país ha sido afectado por una fase de oscilación intraestacional de los patrones de precipitación tropical, conocida como la Oscilación de Madden-Julian, cuyo patrón de circulación se manifiesta en forma de lluvia anómala. De todos modos, es un tipo de variabilidad climática de más corto plazo que los fenómenos El Niño o La Niña.

En cuanto a este último fenómeno, la Oficina del Clima de Australia (BOM) indicó en su último informe que este continúa en el Pacífico tropical, pero se ha debilitado con respecto a su punto álgido del 2022. «Aunque las temperaturas oceánicas se han calentado en las últimas semanas, los indicadores atmosféricos apenas han variado y se mantienen en los niveles de La Niña.

«Las previsiones a largo plazo sugieren que las temperaturas del Océano Pacífico tropical continuarán calentándose, con un cambio probable en los patrones atmosféricos hacia niveles neutrales».

Por su parte, el Centro de Predicción Climática, de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) ratificó en un reporte lo informado por la BOM, en el sentido de que el fenómeno de La Niña está terminando y está en una fase de transición hacia ‘neutral’ que culminaría a finales de marzo próximo.

Recordemos que el fenómeno de La Niña fue declarado por la NOAA en agosto del 2020 y no ha terminado. Por último y para considerar, con mucha cautela, la probabilidad de que se aparezca un fenómeno de El Niño a finales de este año.

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