Jessica González
RADDAR CKG
Quedan pocos días para que comience la “Semana Santa”, que ¿por qué en comillas?, bueno esta semana para muchos no es una semana de reflexión, no es una semana de cambio, ni nada por el estilo, es una semana vacacional, una semana para salir de viaje, descansar de temas del trabajo y del estudio; y una semana para compartir en familia.
El significado de la Semana Santa ha cambiado con el pasar de los años, antes era una semana sagrada ahora es una semana de descanso, donde en ciertas familias aún continúan con esta tradición, además donde la mayoría de hogares consumen mucho pescado y van a la iglesia a escuchar la palabra de Dios, todo por aquello de la religión.
Como es costumbre, la semana santa es del tradicional almuerzo con pescado, sin embargo y por temas ambientales como el fenómeno del niño, este el año el almuerzo de semana santa será más caro que el de los otros años, puesto que el precio del pescado de río esta por las nubes, alcanzando una inflación en el mes febrero de 2,08%, debido a su escases ha sido necesario importarlo, lo que ha hecho que el precio del pescado sea aún más elevado.
Esto de alguna u otra forma afecta al consumidor, permitiendo que los hábitos de consumo cambien, probablemente dejando de consumir el pescado típico de río por un enlatado de mar; aunque este también registra una inflación muy alta (2,88%). Pero no solo el pescado es aquel que está afectando el bolsillo de los hogares, también la papa, el plátano y la yuca, han venido con un constante crecimiento en el alza de los precios de alrededor de un 19%, más que el pescado, afectando el precio del plato a la hora de comprarlo en el restaurante o prepararlo en casa.
En el año anterior un almuerzo con pescado para una persona costaba alrededor de 15.000, ahora su precio oscila entre los 20.000 y los 30.000, todo dependiendo del tipo de pescado.
Así que en la semana santa, los consumidores sacaran más dinero de su bolsillo para pagar por los alimentos típicos, puesto que su tradición del pescado en la mesa no puede faltar.
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