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Por Juan Camilo Sánchez Rodríguez, Investigador Junior RADDAR CKG.

El arroz es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, este cereal es uno de los encargados de combatir el hambre mundial, debido principalmente a que sus periodos de cosechas y la facilidad de cultivarlo en diferentes países lleva a que este tome la importancia internacional que hoy le precede.

En Colombia este comportamiento no es diferente, el arroz en los hogares representa no solo una lucha contra el hambre, si no, es un factor de identidad cultural dentro de la riqueza gastronómica del país. El colombiano se apropia de su gastronomía y comparte modos y usos de este cereal. Como el arroz con huevo, plato luchador del país que identifica a la clase obrera del mismo, que se come en cualquier hora del día, el arroz con coco, identidad costeña, el arroz con pollo, manjar exótico del que se alimentan las reuniones familiares, la lechona, plato tolimense que se sirve con orgullo en todas las mesas de los colombianos, o un antojo que se encuentra los fines de semana en cualquier zona comercial del país, entre otros.

Fuente: Fedearroz ColombiaDebido a esta dinámica de consumo, el colombiano en el año 2020 llegó a consumir un promedio de 46 kg de arroz, sin embargo, cuando se desagrega por sector, se observa que la zona rural colombiana consumió más arroz que la zona urbana, en concreto 7,8 Kg, esta tendencia es reflejo de un campo con menos ingresos comparativos a las zonas urbanas y un producto con un precio más asequible que otros cereales.

Fuente: Fedearroz ColombiaSin embargo, después de la crisis mundial que se vivió a partir del segundo trimestre del 2019 por un virus altamente mortal y contagioso llamado COVID-19, la dinámica de los precios del alimento ha batido crecimientos históricos, comportamiento que durante los años siguientes tomó fuerza con la crisis de contenedores, subidas en el coste de insumos agrícolas como efecto de la guerra Rusia-Ucrania y precios elevados en transporte debido al alza en los combustibles. Todo esto llevó a que los precios del arroz repuntaran y cerraran en mayo del 2022 con un precio de $1,748,357 pesos colombianos por tonelada, precio que supera la dinámica incluso durante la pandemia y siente años atrás.

EL ARROZ ROMPE INCLUSO BARRERAS GENERACIONALES

 

Las tendencias en consumo de las generaciones marcan uno nichos de mercado que poco a poco se convierten en estrategias de marketing que se focalizan en rangos etarios. Sin embargo, los colombianos llevan el arroz no solo en el estomago si no en el corazón, lo que hace que la tendencia en el consumo de alimentos mirándolo desde grupos generacionales demuestre la afirmación que preciso (ver gráfico 3).

Después de entrevistar a los colombianos y preguntarles ¿cuál había sido el último producto que habían comprado? y ¿qué marca era? se desagregó por generaciones; el resultado obtenido fue que el producto Arroz y la marca Diana fue con diferencia el más mencionado en el ejercicio. Los centennial con una muestra de 1597 encuestas lo mencionan 106 veces lo que corresponde al 6,64%, los Millenial de 8191 encuestas lo mencionan 714 veces (8,72%), la Generación X presenta dos marcas de arroz en los primeros puestos Diana y Roa mencionándolos 1542 veces en una muestra de 9710 (11,14%) y los Baby Boomers con el mismo comportamiento mencionan Diana y Roa 1433 veces en una muestra de 7351 (13,92%).

Gráfico 3 ¿Qué fue lo último que compró? 10 marcas más mencionadas

Fuente:  Consumer track RADDAR CKG  El tamaño de muestra para la construcción del gráfico fue de 26.839 encuestas realizadas desde el 2019 hasta junio del 2022, se tomaron las 10 primeras marcas más mencionadas en el recuento histórico. Las edades para la segmentación por generaciones son: centennial: 0a 18 años, millenial: 19 a 38 años, Gen X: 39 a 58 años, baby boomers 59 a 78 años.

Aunque se identifican patrones de consumo diferentes por generaciones, como lo fue, la importancia del consumo de coca-cola en centennial y millenial. Sin duda alguna, el arroz es uno de los productos más importante en la canasta de los colombianos ocupando el primer lugar en todas las generaciones, lo que cualquier desajuste en el mismo provoca un deterioro del bienestar de los hogares, ya que gran parte de su alimentación, en espacial de las familias de ingresos medios y bajos, dependen de la seguridad alimentaria que genera poder adquirir este cereal.

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