Las medidas de bioseguridad y sus costos ante la variante Ómicron

El año 2021 nos dio la esperanza de tener vacunas contra el SARS-Cov2, causante de la covid-19. Sin embargo, finalizando año apareció la llamada variante Ómicron, que ha causado una nueva ola de contagios en todo el mundo, mostrándose como la variante dominante (responsable de más del 50 % de las variantes secuenciadas) en países como Austria, Bélgica, Chipre, Dinamarca, Francia y Alemania, entre otros. Esto evidencia un avance rápido de esta variante que tiene más de 30 mutaciones respecto a Delta, un comportamiento diferente frente a la velocidad de contagios y los síntomas mismos que produce esta nueva variante.

 

Al respecto, una de las preguntas es, ¿cambian también las medidas de bioseguridad? Las medidas que conocemos son:

1. Vacunación: no hay cambios. Ahora sabemos que necesitamos un refuerzo o, como lo llaman en otros países, un “booster”. Esto es porque con el tiempo la cantidad de anticuerpos disponibles (la memoria que deja la vacuna en el cuerpo), va disminuyendo y por eso se necesita el refuerzo, independiente de qué variante esté circulando. Entonces, la vacunación es efectiva y los refuerzos nos protegen contra Ómicron también. Es de resaltar que la tasa de hospitalización y de uso de camas de cuidado crítico (UCI), es mucho mayor entre los no vacunados.
2. Distancia física: persisten las mismas recomendaciones, mantener 2 metros.
3. Higiene de manos: continúan las recomendaciones sobre lavado de manos y uso de alcohol o gel desinfectante al 70%.
4. Espacios ventilados: esta recomendación toma mayor relevancia. Lo importante es recordar que los espacios deben tener buen flujo de aire, generando corrientes de ingreso y salida, especialmente en espacios cerrados. Este es un aspecto muy importante en la prevención contra esta variante, a tal punto que organismos internacionales en salud proponen colocar un ventilador apuntando hacia afuera en una de las ventanas, de modo que ayude a sacar el aire que está dentro de un espacio con varias personas reunidas en él.
5. Tapabocas: es acá donde hay uno de los mayores cambios en las medidas de bioseguridad. Es confirmado que los tapabocas de tela no ofrecen protección o beneficio contra la variante Ómicron. Se recomienda el uso de tapabocas de tres capas o los llamados “quirúrgicos”. Incluso algunos organismos de salud recomiendan el uso de dos tapabocas quirúrgicos y no solo uno como lo veníamos haciendo previamente.

 

«La recomendación con los N95 es dejarlos de usar tres días, dejándolos en un lugar aislado, sin aplicarles nada y al cuarto día se pueden reusar. Esto reduciría los efectos sobre el costo y su impacto ambiental, comparado con los desechables que pueden ser los tapabocas de tres capas»

 

Por otro lado, los tapabocas de mayor protección, conocidos como FFP2, KN95 o N95 toman mayor relevancia, pues son los de mayor protección en el caso de esta variante. Es de recordar que estos tapabocas pueden ser reutilizados, con reportes de uso de hasta 40 horas, comparado con los tapabocas quirúrgicos que deben ser de un solo uso, pues evidentemente, mientras usas un N95, estarías usando entre 5 a 7 tapabocas quirúrgicos. Ahora bien, la recomendación con los N95 es dejarlos de usar tres días, dejándolos en un lugar aislado, sin aplicarles nada y al cuarto día se pueden reusar. Esto reduciría los efectos sobre el costo y su impacto ambiental, comparado con los desechables que pueden ser los tapabocas de tres capas.

Recordemos, es importante mantener al máximo las medidas de bioseguridad, como las mencionadas anteriormente, pero ahora lo es más que todos seamos ejes de conciencia con los que nos rodean y no nos relajemos cuando estemos en conjunto, con amigos o familia. La mayoría de los contagios ocurren en estos espacios y por eso en este momento hay que mantener todas las alertas.

Finalmente, hay que recordar que “una gripita”, hoy día, es covid-19 y, por leve que parezca, a otros puede no irles de la misma manera y desarrollar cuadros graves, por eso aislarse durante siete días termina siendo una decisión, no solamente individual de autocuidado, sino colectiva para prevenir desenlaces indeseables en otros.

 

 

 

Fabián Gerardo Díaz Garzón

Profesor del área de gestión – Magíster en Salud Pública 

Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas

Universidad Ean