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Si bien el techo de cristal puede explicar la baja representación de las mujeres en puestos directivos o dirigiendo empresas propias, cabe la pregunta: ¿esta problemática está vinculada con otros factores organizacionales relacionados con la cultura o a nivel de los individuos con la satisfacción sobre el desarrollo y su crecimiento profesional? Para poder dar una respuesta a esta interrogante se realizó un análisis de la trayectoria profesional de 500 hombres y mujeres directivos, incluyendo aquellos con emprendimientos propios, donde también se estudió su satisfacción profesional presente y expectativas; así como su autopercepción acerca de sus habilidades directivas.

En los resultados se destaca que los hombres tienen una percepción mayor sobre el control de la carrera, crecimiento profesional y posibilidades de ascenso, con relación a las mujeres. Ambos manifiestan igual conocimiento de los criterios y habilidades para lograr un mejor desarrollo profesional. En cuanto a las habilidades y cualidades directivas, tanto los directivos hombres, como las mujeres, consideran que deben trabajar más en mejorar su toma de decisiones, solución de problemas y habilidades de negociación. Las mujeres adicionalmente consideran que deben trabajar en su capacidad de adaptación, mientras que los hombres en su habilidad para trabajar bajo presión.

En cuanto a la percepción sobre las diferentes cualidades y habilidades directivas, el 60% del grupo de mujeres encuestadas, considera que hombres y mujeres son igual de creativos y asertivos. Tienen la misma capacidad para tomar buenas decisiones, negociar, trabajar en equipo, solucionar problemas o gestionar de manera adecuada su tiempo. Mientras que un porcentaje importante, pero no mayoritario (40%), considera que las mujeres son mejores comunicándose, más empáticas y creativas.

El grupo de varones en su mayoría considera que hombres y mujeres son igual de empáticos, creativos, tienen las mismas habilidades para comunicarse o negociar, y son capaces de solucionar problemas, gestionar su tiempo y trabajar en equipo. El resto del grupo considera que los hombres tienen mayor inteligencia emocional, manejan mucho mejor los conflictos y el estrés; por tanto, trabajan mucho mejor que las mujeres bajo presión.

Al realizar algunas entrevistas a profundidad a una muestra representativa de los directivos y directivas encuestados, se pudo concluir que muchas de las fortalezas y áreas de oportunidad en relación a la percepción sobre las habilidades directivas, satisfacción profesional y expectativas de éxito,  más que con el sexo, tienen que ver con el proceso de sociabilización, es decir, sí se derivan de relaciones de género; ya que hombres y mujeres fuimos educados bajo patrones culturales que determinan en mucho nuestras cualidades personales, forma de actuar y de pensar.

En ese sentido también se explica que muchas mujeres no tengan ninguna diferencia en cuanto a su percepción sobre sus habilidades o cualidades directivas en relación con los hombres, ya que se entendería que crecieron bajo patrones culturales donde no se marcaba diferencia sobre los roles de género.

En conclusión, podemos asumir que, barreras internas, como aceptar la ambición, son sanas. Además, pensar que tienen que potenciar sus habilidades y cualidades directivas antes de poder promocionarse o ascender, parecen conducir a muchas mujeres a no desarrollar todo su potencial y carrera profesional, ya que se asocia con menores expectativas y, por tanto, menor ambición que los hombres. Desde esta perspectiva, para ellas, el talento no siempre es suficiente porque tienen que enfrentar retos específicos por su condición de género. Resulta fundamental por tanto contar con modelos de referencia femeninos que las motiven en la medida que puedan comprobar que la meta es viable.

En ese sentido, el consejo para las organizaciones que quieran promover la inclusión y equidad de género, es establecer estrategias con programas de mentoría y acompañamiento que den más confianza a los talentos femeninos y así potenciar sus carreras más rápidamente. Y para aquellas mujeres que tienen expectativas de lograr puestos de responsabilidad y autoridad, les aconsejo buscar referentes, hombres y mujeres, que puedan no solo ser sus mentores sino ser su “sponsor”, que las apoyen en la definición de sus trayectorias profesionales y las orienten en el desarrollo de las habilidades, cualidades y conocimientos.

Escrito por: Mónica Colin de Velázquez, decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Universidad Ean

 

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