A pesar de que ya no estamos en diciembre, mes en el cual gran parte de las personas hacen su presupuesto y planean sus finanzas para el siguiente año, es tiempo de pensar en lo que viene y cómo nos preparamos para evitar y controlar el gasto.

El ejercicio de planeación financiera en condiciones normales se hace sobre la base de una incertidumbre controlada, de una estabilidad en los flujos de dinero y, en algunas ocasiones, de la expectativa de un mejoramiento en los ingresos, producido en el primer mes del año. Así las cosas, el control del gasto es más sencillo, las posibilidades de ahorro e inversión se ven favorecidas y la tranquilidad en el manejo del dinero puede darse con mayor facilidad.

El año anterior trajo consigo todo lo contrario a lo que se espera para planear y, como consecuencia de ello, muchos planes se vinieron abajo, se pasaron apuros y las finanzas se vieron trastocadas.

Muchas fueron las enseñanzas, en general nos pudimos dar cuenta de que muchos de los gastos en los cuales se incurre en el día a día son prescindibles. El confinamiento nos llevó a generar ahorros -algunos de estos pueden ser mantenidos una vez se retorne a la normalidad- y a eliminar temporalmente algunos gastos necesarios en la cotidianidad.

El 2021 es un año que debemos asumir con cautela en todos los aspectos, incluido el financiero. A pesar de las decisiones gubernamentales y las medidas tomadas por las empresas existe mucha incertidumbre frente a la normalización plena de actividades, eso trae como consecuencia inestabilidad en las finanzas de las personas y las familias.

El confinamiento nos llevó a generar ahorros -algunos de estos pueden ser mantenidos una vez se retorne a la normalidad- y a eliminar temporalmente algunos gastos necesarios en la cotidianidad.

Por lo anterior, es necesario que de manera individual o familiar se analice la situación financiera y se prevea cómo van a manejarse las finanzas poscuarentena. Con el regreso al lugar de trabajo y de los hijos al colegio, y la posibilidad de salir libremente los fines de semana, la anterior normalidad financiera puede retornar y con ello algunos gastos que no fueron asumidos durante este confinamiento.

Debemos empezar por analizar el comportamiento futuro de los egresos, incluir nuevamente los gastos de transporte, alimentación fuera del hogar, tanto para nosotros como para los hijos, entre otros, puede ser una buena cantidad de dinero a la cual ya nos habíamos acostumbrado a tener disponible para otros usos.

Aún no se ha superado la crisis, estamos en el camino, pero esto puede tardar unos meses en normalizarse. No es el momento de aflojar el cinturón, por el contrario, es necesario mantenerlo apretado y seguir manejando algunos de los comportamientos financieros a los cuales la pandemia nos obligó. En estas condiciones es recomendable:

Revisar el endeudamiento

Si existe alguna posibilidad de que el ingreso sea disminuido, realice los pagos que le exige el cumplimiento de sus obligaciones. No es el momento de hacer pagos anticipados, en caso de que el flujo lo permita destine ese dinero al ahorro.

No comprar artículos que impliquen aumentar el endeudamiento

A menos que sean absolutamente necesarios e imprescindibles. Es importante revisar si la necesidad que se va a satisfacer es básica o si por el contrario puede esperar un tiempo.

Revisar si puede aplicar para algún beneficio

Obtener algunos meses de prórroga en el pago de las obligaciones o tener un ingreso por cuenta del estado puede ayudar a aliviar una situación deficitaria en un momento específico del año.

No anticiparse a las decisiones del gobierno

Pensar que en un mes específico puede retornarse a la normalidad puede ser contraproducente. Planear un viaje, una compra o un egreso, por mínimo que sea, dependiendo de la reactivación, puede traer consecuencias negativas.

Los ahorros son claves

Debe mantenerlos, no es el momento de gastarlos.

Sea prudente con el gasto

Más adelante podrá invertir dinero o darse sus gusticos.

Mantener a raya los gastos hormiga

Estos egresos, imperceptibles en la cotidianidad, suman buena parte de los egresos. Solo con mantenernos en casa durante todo este periodo, pudieron controlarse.

Por último, realizar un ejercicio de comparación de las finanzas previas a la cuarentena y las que han sido manejadas durante este periodo nos dará la claridad de lo que debemos y lo que no debemos mantener. Frente a la incertidumbre lo mejor es la cautela y el aprovechamiento del aprendizaje adquirido.

 

Omar Alonso Patiño
Profesor del pregrado y posgrado en Administración de Empresas
Universidad Ean