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La movilidad en las ciudades y áreas metropolitanas requiere cada vez más de actuaciones decisivas en favor de lograr que sea sostenible y adecuada para la sociedad del siglo XXI. Es por esto que se han creado mayores y mejores herramientas digitales que funcionan en las grandes urbes. 

Por: Rodrigo Cortés.

Puede que parezca imposible pensar que la creación de una comunidad preocupada por la movilidad de su ciudad inicie, de cierto modo, en el análisis del Big Data. Sin embargo, lo cierto es que, en la actualidad, los macrodatos se han convertido en un instrumento idóneo para conocer los gustos, preferencias y comportamientos de los usuarios; con lo que las empresas pueden mejorar sus servicios y, en el caso particular del tráfico de carros, contribuir a la reducción de la congestión vehicular.

La bidireccionalidad que se crea cuando se comparten datos promueve el bienestar de la comunidad y gestiona, a mediano plazo, una cultura ciudadana consciente de la importancia que es trabajar de manera conjunta para el beneficio de todos. Waze, por ejemplo, trabaja de manera colaborativa con sus usuarios, editores y aliados permitiéndoles brindar información oportuna sobre el tráfico vehicular en tiempo real, mientras se les informa sobre el estado de las vías y congestión en las carreteras. En ese sentido, los usuarios cuentan con información oportuna para tener mayor control y cuidado mientras transitan por la ciudad.

De igual forma, la creciente preocupación y búsqueda de nuevas soluciones frente a la movilidad en ciudades como Bogotá, por ejemplo, ha logrado que las personas realicen actividades que fomentan territorios o comunidades inteligentes. Así , hay quienes, desde la arena digital, implementan procesos automatizados y ayudas hacia los desafíos de la movilidad.

En este sentido, la creación de aplicaciones e instrumentos digitales como lo es el Big Data ha construido nuevas formas para trabajar desde y por la comunidad, y establecer modalidades novedosas que fortalezcan la relación entre los ciudadanos.

Por otro lado, y como mencioné previamente, los macrodatos permiten conocer los gustos y comportamientos de cada ser humano. Por lo que las empresas pueden personalizar campañas, productos y servicios hacia cada uno, dependiendo de los resultados que arroje el Big Data. De esta manera, lo que antes parecía ser una travesía para conocer los intereses de las personas, ahora es muy sencillo tenerlo a la mano a partir de los datos que se encuentran en la nube.

Lo anterior garantiza una mayor y mejor relación entre empresas y consumidores, así como la posibilidad de construir comunidades digitales que se integren con intereses de bien común y beneficios para todos.

En definitiva, la transformación digital ha permeado todos los aspectos de la vida del hombre y con el Big Data la llegada de tecnologías más emergentes y disruptivas se hace evidente. Por lo que es necesario que las personas continúen sumergiéndose en la era digital, aprovechen los recursos digitales que existen ahora y produzcan información relevante para toda la comunidad.

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