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Recolectando la evidencia

Ya venía estudiando este tema, durante casi un año mantuve interacciones con cuentas falsas qué trabajan a favor de los políticos, así que poco a poco fui entendiendo su estrategia. El viernes de la semana anterior le apliqué algunas partes de la estrategia que plantee en el artículo anterior a este tipo de perfiles, para ir más lejos y finalmente esto dio resultados porque logré llamar la atención de un usuario de tercer nivel con respecto a la polémica del momento: la extradición de Arias; ahí vi que era mi oportunidad y atrapé su atención con una alusión a la doble moral, esta cuenta, me empezó a regalar interacciones y yo le respondía, después de esto hizo alusión a su experiencia técnica y empezó a aplicar el desprestigio para desmeritar las mías.

Conforme interactuábamos el nivel cuatro y cinco permanecía pasivo simplemente dando “retweet” y “fav” a sus interacciones, sin embargo nunca deje de responder, lo que hizo que estos dos niveles pasaran de manera activa a atacarme usando la afinidad política que infirieron erróneamente, luego pasaron a los insultos, a la alusión a la doble moral, para concentrarse en el desprestigio, a pesar de que dejé de responderles, extendieron el acoso a algunos medios en los que publico y emitieron algunas amenazas de tipo penal.

Básicamente querían censurarme, sin embargo, nunca se imaginaron que todo fue hecho para este artículo y que puedo darme esos lujos gracias a que mis fuentes de ingresos son independientes de este país, es más, esas cuentas creían que iba a seguir amarrado a ese estudio insulso e irrelevante sobre el nivel educativo de un segmento de la población, del cual un usuario muy técnico se percató de un error de causalidad, básicamente hice lo que ellos hacen todo el tiempo desviar su atención sobre temas sin importancia, para ocultar mi verdadero propósito.

Aclaro que no recibí amenazas de muerte y que lo más bizarro que comentaron, es que mi opinión se debía a que mi papá me había violado de niño.

El volumen de interacciones era tal que debí hacer uso de mis múltiples pantallas para responder, no deje a casi nadie sin respuesta, con algunos fui serio y muy técnico, con otros irónico y sarcástico para plasmar en este artículo la experiencia máxima, les respondí durante más de 10 horas y recogí buena información, como puede apreciar en este artículo de tres partes.

A las cuentas Petristas con características similares también he intentado provocarlas, pero ellos están más concentrados en usuarios de tercer nivel hacia arriba y su nivel de violencia es más bajo, también impulsan tendencias y la interacción entre un extremo y otro se basa en refutarse constantemente.

¿Quién financia esas cuentas?

Afirmar que lo hacen los partidos políticos sería calumnioso, ya que no cuento con evidencia al respecto, solo puedo decir que de estas actividades obtienen un beneficio enorme, puesto que estas prácticas son capaces de manipular la opinión pública.

Es más también según el New York Times hay alrededor de 200 millones de cuentas en Twitter creadas por una sola empresa llamada Devumi, que tranza las cuentas como si fueran acciones, vaya uno a saber cuántas otras empresas dedicadas a lo mismo existen, aquí estamos hablando de toda una industria, por eso en este artículo plantee todo este tema como una estrategia, estas cuentas no están aisladas trabajan de manera coordinada.

Así que existe la posibilidad de que sean financiadas tanto por servidores públicos, el gobierno como tal y el sector privado, por lo que he visto cualquiera puede contratar este tipo de servicios.

¿Se deben regular las redes?

El hecho de que los rusos hayan podido identificar personas indecisas y hayan sido capaces de crear contenidos para influenciar su voto, todo a través de las redes sociales, deja claro qué no estamos hablando de un problema menor, solo veámoslo a nivel local, mucha gente está repitiendo qué Arias no se robó un peso cómo si no existieran más delitos en el código penal, todas estás mentiras llegan a la gente y acercan cada vez más el soñado estado de opinión que algunos caudillos sueñan.

A pesar de lo la regulación es un arma de doble filo y hay que ser muy cuidadoso con ella, suponga que se crea una ley para censurar todos estos perfiles en el corto plazo todo se vería bien y probablemente rebajaríamos la toxicidad de las redes, sin embargo imagine que un autócrata llegue al poder y aproveche esa misma ley para censurar a la prensa y/o acabar con la libre expresión, conozco a más de Kim Jong-un criollo que le encantaría la medida.

En Europa quieren imputar la responsabilidad de los contenidos tóxicos hacia los directivos de las redes sociales, en Estados Unidos la senadora Elizabeth Warren propone algo similar, algunos directivos como Mark Zuckerberg de Facebook o Jack Dorsey de Twitter han mostrado conformidad con la medida, en este escenario la responsabilidad y la regulación de los contenidos recaería sobre las empresas, sin embargo, a un no se ha llegado a nada concreto.

Colombia no se caracteriza por tener una cultura capitalista, por ende, las primeras propuestas que han emergido respecto a la regulación apuntarían al gobierno y no a las empresas como responsables de controlar los contenidos en redes, como enuncié anteriormente es un riesgo grave para la libertad de expresión.

Por el momento nuestro código penal sanciona delitos en redes cuando estás se usan cómo medios, pero no habla de nada específico sobre influenciar la opinión pública a través de ellas.

Y en eso a grosso modo está el debate, tendremos que estar pendientes de cómo evoluciona todo este tema desde el punto de vista legal, ya que cómo pueden apreciar es bastante complicado.

… Continúa

Jarek Duque

Director Tradepedia Latinoamérica

Twitter: @JarekDuque

Facebook: JarekDuque

Web: http://jarekduque.com/

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