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No cabe duda de que la incidencia de la pobreza y la pobreza extrema está muy relacionada con el crecimiento económico, en especial el crecimiento que genera empleo. Pese al favorable crecimiento de la economía colombiana en el año 2013 (4.3% según el DANE), la cifra sobre pobreza son aún insatisfactorias. De acuerdo con el DANE la pobreza a nivel nacional 2013 se redujo en 2.1% respecto a 2012, un resultado bastante mediocre porque significa que 3 de cada 10 colombianos sigue siendo pobre. En Medellín, de otro lado, la pobreza y la pobreza extrema se redujeron frente a 2012 en 1.6% y 0.5% respectivamente. Llamar a estos resultados de “históricos”, como hizo la ANSPE, es francamente  exagerado y añadir que  se debe a “las políticas del gobierno nacional” no es del todo acertado.

 

Ciertamente este no es un problema solo de Colombia, pues pese al crecimiento económico mundial en los últimos 50 años, el número de pobres sigue siendo significativo.En Colombia, las cifras indican que hasta el año 2002 la pobreza se mantuvo cerca del 50 % y solo en el período 2002-2012 se redujo al 32.7%.  Por otro lado, la pobreza extrema pasó del 17.7% en 2002  a 10.4% en 2012 (según el DANE). A pesar de que las estadísticas muestran avance en reducción de pobreza y pobreza extrema, la realidad sigue siendo muy preocupante, de ahí la importancia de seguir trabajando en los factores que inciden en la pobreza.

 

¿Qué factores inciden más en la pobreza? Bien, un estudio del grupo –GINVECO– de la Universidad Autónoma Latinoamericana indica que el crecimiento global puede ser importante para reducir el crecimiento, pero el crecimiento sectorial puede ser aún más determinante. Por ejemplo, el crecimiento del PIB secundario es el que más contribuye a reducir la pobreza en más regiones del país. El gasto público social también reduce pobreza, aunque en una medida bastante modesta. El estudio también indaga por el efecto de la tasa de desempleo y desigualdad del ingreso –medida por el coeficiente GINI– y concluye que estos factores tienen  un efecto devastador sobre los hogares, manteniéndolos en una trampa de pobreza de la cual parece difícil salir.

 

Pero el estudio también descompone la tasa de reducción de la pobreza en un componente de crecimiento “puro”, un componente debido a la composición sectorial del crecimiento y componentes debido al desempleo, la desigualdad y un efecto “departamento”. Los resultados indican que si se impactaran la desigualdad y el desempleo, se profundiza el gasto social, pero sobre todo se estimula el crecimiento sectorial, la incidencia de pobreza se reduciría el doble de lo que hasta ahora se ha visto, es decir que en promedio podría lograrse reducciones cercanas al 4,0%  anual.

 

Los temas referentes a la reducción de la pobreza deben tener prioridad en la agenda académica y en cualquier agenda de política, social y económica de un gobierno comprometido. Por ahora, el fenómeno y magnitud de la pobreza se puede considerar como una deuda de los economistas y un también un fracaso de la clase política. 

 

@jhbarrientos

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