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hadler@stanford alumni.org

De acuerdo con una publicación reciente en el Wall Street Journal, el señor Jack Dorsey, el fundador de Twitter, convirtió su primer tuit en un “NFT” (token no fungible, traducido del inglés,) y lo vendió en marzo del año pasado en $2.9 millones de dólares. Su contenido se limita a la frase “just setting up my twttr.”

Un NFT, al igual que una criptomoneda, es un activo digital que contiene información encriptada, y un certificado digital que garantiza su propiedad. Pero a diferencia de los billetes, y de las criptomonedas, los cuales pueden ser intercambiados sin que se altere su valor (un peso es un peso,) un NFT es un bien único, no fungible. Se negocian entre dos partes, para lo cual existen numerosos sitios web, como por ejemplo “OpenSea,” “Rarible,” y “SuperRare.” Se requiere una billetera digital, generalmente con Ethereum como criptomoneda, y el pago de una comisión por su uso.

Los activos son cualquier elemento susceptible de ser digitalizado, como por ejemplo íconos o figuras reales o de fantasía -como los “CryptoKitties” y los “CryptoPunks- fotografías, elementos personales de famosos personajes, obras de arte, juegos, música, y últimamente hasta pedazos de tierra.

De acuerdo con lo que se lee en los medios especializados, los Punks más baratos andan por los lados de cifras con seis ceros, y los más escasos, como extraterrestres, simios y zombis, se venden por varios millones de dólares (por favor no me pidan explicaciones.)

Por su parte, y como ha sido ampliamente reseñado, desde hace ya un buen tiempo las grandes casas de subastas ofrecen arte en forma de NFTs. En efecto, en marzo del 2021 el artista digital Michael Joseph Winkelmann, conocido profesionalmente como Beeple, vendió una obra digital por $69 millones de dólares, colocándose en el tercer puesto en cuanto a artistas vivos en lo que respecta a subastas.

Retomando el tema del señor Dorsey, el comprador fue un alto ejecutivo malayo de una empresa especializada en cadenas de bloques, esa técnica inherente al funcionamiento de los NFTs y las criptomonedas. El problema que enfrenta, de acuerdo con el periódico, es que la mejor oferta que tiene es menor a $14.000 dólares, razón por la cual no lo ha querido vender.

De acuerdo con datos del sitio “decrypt.co,” el volumen de negociaciones de tokens no fungibles alcanzó $10.600 millones de dólares en el tercer trimestre del 2021, para un aumento de 700% con respecto al mismo período del año anterior. Y en agosto del año pasado el portal “OpenSea” registró ventas por $75 millones en un solo día, cifra superior a sus ventas totales en el 2021.

El mercado total rondaba ya en esa época por los lados de $44.000 millones de dólares

En un blog publicado a principios de año titulado “Las acciones de memes un año después,” mencionábamos lo disparatado que resultó el 2021 cuando desde comienzos de ese año muchos decidieron ponerse de ruana a Wall Street mediante plataformas que redujeron los requerimientos y los costos, especulando con instrumentos como acciones de memes, fondos disruptivos, criptomonedas y SPACs. Los NFTs no se quedaron atrás, hasta el punto que he escuchado de padres y abuelos preguntándose qué andan haciendo sus hijos y nietos comprando y vendiendo esos ininteligibles productos.

El futuro de este producto es enorme. Se espera que sea un componente esencial de ese mundo virtual que llaman metaverso, y en el cual firmas como Facebook (Meta), Adidas y Samsung ya están inmersos. Pero de ahí a que personas inexpertas pongan en peligro sus ahorros, es otro cuento.

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