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hadler@stanfordalumni.org

En una entrada de finales del año pasado, bajo el título “Renta Fija e Inflación,” aludíamos a los pobres resultados alcanzados por la mayoría de fondos de renta fija en lo corrido de ese año.

Desafortunadamente, las noticias van a ser aún más desalentadoras al abrir los extractos correspondientes al trimestre recién terminado.

Como ejemplo, cabe mencionar los rendimientos recientes de algunos de los mayores fondos de bonos emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos, considerados como los de más alta calidad crediticia en el mundo.

El fondo “iShares 1-3 Year Treasury Bond” (SHY), con $22.000 millones de dólares a cargo, invierte de acuerdo con un índice integrado por bonos de muy corto plazo, con vencimientos entre uno y tres años. Registró una pérdida de 2.50% en este solo trimestre. No sobra recordar que se trata de un fondo que ha producido apenas 0.71% anual en los últimos 10 años.

Peor fue el resultado del fondo “iShares 7-10 Year Treasury Bond” (IEF), con $18.000 mil millones a cargo, cuyos bonos tienen vencimientos que fluctúan entre 7 y 10 años. Perdió 6.55% en este mismo periodo (rendimiento de 2.12% en 10 años).

Y peor aún fue el correspondiente al fondo iShares 20+ Year Treasury Bond (TLT), cuyos vencimientos son superiores a 20 años. Maneja activos de $20.000 millones de dólares, y su rendimiento en el trimestre fue de -10.85% (4.07% anual en 10 años).

El mercado de bonos, bastante adormecido normalmente, está produciendo los peores resultados en mucho tiempo, a la expectativa de qué tanto, y qué tan rápido, va a actuar la Reserva Federal después de su reciente subida -la primera desde diciembre del 2018.

Las tasas de interés vienen aumentando a un ritmo particularmente rápido. El rendimiento del bono del Tesoro a diez años se situaba en 1.13% en agosto del año pasado, cerrando en 1.63% al finalizar el año. Cerró este trimestre en 2.32%, registrando el alza más grande desde marzo del 2021.

Como bien lo manifestó por estos días el presidente de la reserva Federal, “la inflación está demasiado alta,” y la tasa de referencia se “moverá más agresivamente” de ser necesario.

La duración de un bono -o de un fondo de bonos- es un parámetro que permite estimar qué tanto se verá afectado su precio, según el movimiento de la tasa de interés. Por ejemplo, si esta sube 1%, el precio de un bono con una duración de 5 años disminuirá alrededor de 5% (un aumento en la tasa de interés hace que un bono antiguo se desvalorice).

El parámetro representa el número de años requeridos para recuperar la inversión. En consecuencia, la duración de un bono que efectúa pagos periódicos de interés -existen algunos bonos que no lo hacen- es siempre menor a su término de vencimiento. Además de este, el cálculo incorpora factores como rendimiento efectivo, tasa nominal, y condiciones de recompra.

De acuerdo con cifras obtenidas en Morningstar, las duraciones de estos fondos son 1.93 para el “SHY”, 8.10 pata “IEF”, y 19.24 para “TLT”. Es un factor determinante al momento de invertir.

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