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Con el paso del tiempo, las áreas jurídicas al interior de las empresas han aumentado en su rol, importancia y sofisticación. Hoy en día, el equipo legal está conformado por un líder con la experiencia y formación académica necesarios para influir protagónicamente en el rumbo de la empresa y, en muchos casos, se encuentra acompañado por un grupo especializado atento a responder a los más variados requerimientos del negocio.

 

Para nadie es una sorpresa  que el líder de los temas legales en la empresa hace parte de su alta gerencia, y se encuentra dando consejo y asesoría a sus máximos órganos y administradores no sólo en temas legales sino en asuntos que ayudan a dar forma a las discusiones y debates sobre temas vitales de la actividad empresarial. Además, teniendo en consideración que muchos de los temas de negocio van asociados a temas de riesgo y oportunidad, la importancia del líder del equipo jurídico es equivalente a la del líder de otras áreas estratégicas al interior de la organización, lo que lo convierte en un participante indispensable en las decisiones que toma y asume la empresa.

 

Así mismo, en muchos de los casos los equipos jurídicos no están conformados por generalistas sino por especialistas en diferentes áreas del negocio, tales como sociedades, litigios, propiedad intelectual, laboral, comercial y financiero. La conformación de estos equipos ofrece varias ventajas. En primer lugar, permite conformar equipos de negocio que pueden ayudar en la obtención de objetivos de la organización y asistir a algunas áreas a estructurar mejores proyectos y productos en cumplimiento de la normatividad vigente y la estrategia de la organización. En segundo lugar, al tener un conocimiento del negocio y la empresa, pueden incrementar la productividad y la velocidad al interior de las compañías en sus actividades y proyectos. En tercer lugar, permite reducir costos, pues la necesidad de contratar abogados externos se deja para determinados asuntos. En cuarto lugar, permite a la compañía construir y conservar el conocimiento. Sin duda, un aspecto importante de tener equipos especializados y calificados es que si los mismos tienen continuidad y documentan en debida forma sus procesos y experiencias, permitirán que sea la empresa la que se quede con el conocimiento que se adquiere al desarrollar su operación y resolver los conflictos que se puedan derivar de la misma. Se trata de un conocimiento invaluable que le brinda a la sociedad una gestión eficiente de sus temas legales y un constante acompañamiento en un entorno complejo y cambiante, como es el legal.

 

Todo lo anterior, explica que grandes compañías opten por un equipo jurídico altamente calificado y especializado, conformado por personas formadas en sus canteras o personas que han tenido la oportunidad de ocupar variadas posiciones en otras compañías o en firmas de abogados. Esto hace que la calidad y productividad al interior de las empresas sea mayor y permite tener un control directo sobre los riesgos de la organización.

 

En este contexto, resulta claro que un buen equipo jurídico, si tiene la apropiada dirección y talento, le permitirá a la empresa u organización tener un mayor conocimiento de sus riesgos y oportunidades, un acompañamiento permanente y constructivo a las unidades de negocios, una interiorización de la cultura de la organización desde la perspectiva legal y, en términos generales, un mejor desempeño de la compañía y sus actividades.

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