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Hay una frase célebre del dramaturgo francés Pierre Corneille que reza “Una victoria sin peligro, es triunfo sin gloria”, la cual se puede interpretar como que las cosas que se consiguen sin esfuerzo no tienen la misma satisfacción que aquellas por las que hay que trabajar más.

Y viene bien recordarla ahora, a propósito de la aprobación de la Ley TIC la semana anterior por parte del Congreso de la República, la cual requirió de todo el esfuerzo y la tenacidad de la ministra de las TIC, Silvya Constaín y su equipo para convencer a los legisladores sobre la necesidad de ponernos a tono con los tiempos actuales en materia de telecomunicaciones, con el fin de avanzar en el cierre de la brecha digital y fortalecer la televisión pública y la radio entre otros aspectos.

Sin lugar a duda, es un triunfo del país que requiere trabajar en todos los frentes para ser más competitivo y continuar avanzando hacia el desarrollo. Hoy se necesita llegar a 20 millones de compatriotas que no tienen acceso a internet entre quienes se encuentra comunidades pobres, indígenas, campesinos y personas con pocas posibilidades de acceder a opciones que mejoren su calidad de vida, para llevarles mejor educación, salud y la entrega de otros bienes y servicios públicos en regiones apartadas.

Debemos transformar la realidad que hoy tenemos, en donde solo dos de cada diez colombianos del estrato uno, tienen acceso a internet de banda ancha, pues como lo dijo la ministra Constaín a la revista Semana, “Existe una fuerte correlación entre el nivel de penetración de internet y la desigualdad, y buscamos que todos tengamos acceso a internet de alta calidad”. Y aseguró que “El estar conectado abre oportunidades para la educación, la telesalud y telemedicina e impulsa la innovación”.

Solo en este tema de innovación, por ejemplo, preocupa el nivel bajo en el que nos encontramos, según lo evidencian mediciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), las cuales muestran que Colombia únicamente invierte el 0,2 por ciento del producto interno bruto (PIB) en investigación y desarrollo, mientras que en los otros 28 países miembros el promedio es del 2,4 por ciento. Y entre 33 empresas, ocupamos el último lugar en cuanto al lanzamiento de nuevos productos y servicios.

Si queremos pensar en superarlo, un requisito primordial es asegurar que las personas tengan acceso a información, para lo cual la conectividad y el internet de alta calidad son clave, así como coordinar un cambio de mentalidad y cultura para la implementación de estrategias en el gobierno, el sector privado y la academia.

 Estabilidad para la inversión

Recientemente, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, en el Foro ‘Retos y oportunidades que impulsarán la economía colombiana’ afirmó que gracias a la estabilidad jurídica, Colombia se ha convertido en un destino muy atractivo para los inversionistas extranjeros. La buena noticia en este sentido es que la normatividad de la Ley TIC contiene “reglas claras”, como dice la ministra Constaín, que ofrecen estabilidad jurídica para los inversores, lo cual reafirma el interés del gobierno en conservar el atractivo del país y nos permite ser optimistas en continuar recibiendo información positiva en materia de inversión extranjera directa (IED), como la que hemos tenido recientemente del Banco de la República.

De acuerdo con las cifras de la balanza cambiaria dadas a conocer por este organismo, entre enero y abril de 2019 ingresaron al país US$3.362,6 millones de capital extranjero, lo que representa cerca de US$619 millones más que en el mismo periodo del año anterior. Y según un informe de la Revista Dinero, hay una gran expectativa en que al entrar en funcionamiento el programa del gobierno de Regiones Estratégicas de Internacionalización Prioritaria, el cual incentiva a las empresas para llegar a las diferentes y facilita sus trámites, la inversión extranjera directa (IED) continúe incrementando.

El mismo informe de Dinero asegura que el Gobierno espera que “la infraestructura, el turismo, las industrias creativas, el software, las TI y la agroindustria avancen con la llegada de grandes proyectos de inversión, y que de esta manera le den un impulso a la competitividad empresarial y el crecimiento de las exportaciones.” Con seguridad, el contenido de la Ley TIC, en su medida, contribuirá a facilitar que esto se logre.

Con la Ley TIC como herramienta de la política pública podremos avanzar y trabajar conjuntamente desde todos los sectores, aprovechando los espacios que nos abre, para generar acciones que nos permitan lograr un país más con mayor equidad.

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