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Los insumos agrícolas no se aprueban mágicamente. Por el contrario, deben surtir rigurosos procesos e invertir grandes cantidades de dinero antes de ser ofrecidos al público.

Revisemos, por ejemplo, el caso de los insumos para la protección de cultivos contra plagas, enfermedades y malezas. A nivel mundial, las empresas deben realizar investigaciones que se extienden en promedio hasta una década e inversiones superiores a los 280 millones de dólares, para soportar los estudios de seguridad ambiental, toxicológicos y de eficacia agronómica de un solo producto. Según la firma Phillips McDougall, de 140.000 nuevos productos sintetizados en el laboratorio, únicamente 1,3 pasan a la etapa de desarrollo y tan solo uno alcanza el registro para la comercialización.

Ahora, para aprobar la comercialización de cada producto, las autoridades involucradas deben realizar todas las evaluaciones necesarias de riesgo, ambientales, agronómicas y de posibles afectaciones a la salud. En Colombia son tres las entidades públicas encargadas de esta evaluación: la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Instituto Nacional de Salud (INS).

Incluso, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), durante las auditorías que realizó a Colombia para hacer parte de este organismo, destacó la rigurosidad con que el país realiza esta evaluación para los insumos dedicados a la protección de cultivos.

laboratorio

En cambio, este proceso riguroso y detallado no aplica para los insumos agrícolas ilegales, que sí llegan al mercado de manera ‘mágica’ y circulan por el país descaradamente. Este desalmado mercado ilegal está plagado de insumos falsificados que son muy peligrosos para todos. Un cultivo tratado con estos productos tiene un efecto perverso, pues no solo afecta nuestra nutrición y la de los animales, sino también genera un efecto negativo sobre el medio ambiente y la biodiversidad. Y ni hablar de cómo sacrifica el crecimiento sustentable de la agricultura, pues genera pérdidas irremediables en las cosechas que han sido trabajadas por los productores del campo con mucho esfuerzo y dedicación, pero con insumos que no cumplen su cometido.

Por tal razón Procultivos —con el decidido apoyo de CropLife Latin América y el Proyecto contra la Falsificación de Productos y la Usurpación de Marcas de la ANDI—, publicó el Manual Básico contra el Comercio Ilegal de Productos para la Protección y Nutrición de Cultivos, el cual registra el paso a paso para atender casos con productos ilegales, presentados en cualquier lugar del país, por los diferentes actores de la cadena de insumos.

Haciendo clic aquí o en el siguiente enlace (https://www.andi.com.co/Uploads/ManualBasico_WEBSenc_637572323147379860.pdf) pueden acceder al Manual para conocer su detalle. Los invito a difundir este Manual con todos los actores del campo que puedan sumarse al combate contra el mercado ilegal de insumos agrícolas. Debemos trabajar juntos para erradicar este comercio ilegal ya que afecta nuestra vida, el medio ambiente y el crecimiento y desarrollo de la agricultura nacional.

No lo duden: hay que decirles sí a los insumos agrícolas legales, así como un no rotundo para los productos ilegales.

Nos vemos pronto.

Foto: Pexels.com.

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