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Nota: Harold Fernández aportó con comentarios muy interesantes en el post pasado sobre el TLC. En esta ocasión le he dado el espacio para que nos cuente aquí en A-Clara Sofi-smas su posción.

Cada vez oímos con mayor frecuencia voces y comentarios sobre el TLC con Estados Unidos, algunos a favor, otros en contra. Esta discusión es sana y debemos respetar los criterios que allí se exponen, algunos bastante extremos pero respetables de todas formas. Antes que todo deberíamos hacer un análisis de las bases o cimientos de una crítica productiva.

Primero deberíamos separar el factor político o nuestras simpatías electorales de un tema que es eminentemente económico. Ya vimos las nefastas consecuencias de asociar intereses políticos con acuerdos económicos, cuando nuestro vecino el presidente Chávez suspendió acuerdos económicos y está torpedeando el comercio privado entre las dos naciones por razones de otra índole, ambos países hemos perdido, pero en especial Venezuela se ha visto afectada por esas decisiones tomadas con cabeza caliente, por tanto deberíamos analizar los tlcs en aras de su beneficio o perjuicio para las gentes y las economías regionales sin importar nuestros afectos.

Segundo, noten que al final hablé de “Los TLCs”, porque erróneamente hemos asociado TLC con USA, cuando tenemos acuerdos comerciales con países como Méjico, Chile, Venezuela, Unión Europea y muchos otros, estos acuerdos son los que sostienen nuestras relaciones comerciales y lo que vemos es que sin unos acuerdos, unas reglas de juego, sería muy difícil establecer un comercio continuo entre dos naciones.

Ahora sí, sobre el análisis de un tratado de libre comercio este tiene dos componentes, importaciones y exportaciones.

Con respecto al primero, lo peor que podríamos hacer sería prohibir y prohibir, hace años vivimos la política de restricción de importaciones y todavía estamos pagando las consecuencias: las mafias del contrabando que además evolucionaron hacia otras formas de delincuencia, el deterioro del derecho individual y colectivo de adquirir bienes de buena calidad a precios razonables, la cultura de la evasión, la reducción en las finanzas publicas que aunque mal administradas reconozcamos que son necesarias, porque siempre peleamos cuando no hay buen servicio en los hospitales públicos, porque no se les paga lo justo a los cientos de miles de educadores estatales, hablamos mal de la policía porque nunca aparece a tiempo pero no pensamos que para tener esos servicios el estado tienen que pagar y para pagar hay que tener ingresos.

Lo cierto es que después de tantos años de apertura económica hay áreas que se fortalecieron porque hicieron ajustes e inversiones y se volvieron competitivas. Por ejemplo, el sector automotriz que prácticamente podríamos decir es capaz de asumir de frente y sin reparos cualquier tlc y saldría adelante y ganador, ahora tenemos tres ensambladoras más sólidas que nunca, que invirtieron en modernizar sus plantas y dejaron de respaldarse en restricciones a la competencia para vender sus productos, ahora compiten en temas de calidad y costos y hemos visto con asombro como han logrado incluso convertir en referente ciertos modelos de producción nacional, caso Mazda 6 en la línea de lujo medio, el Chevrolet Optra en la gama media o las increíbles cifras de ventas de la línea Chevrolet Corsa-Aveo que el año pasado vendió mas de lo que se vendía a nivel total en la Colombia pre-apertura. Ahora somos exportadores de twingos, mazdas y otras referencias.

Pero otro caso es el tema de la agricultura la cual se debe analizar no como un todo sino por áreas, porque al igual que la mayoría de los sectores productivos, hay que distinguir entre los productos que exportamos, los que importamos y los que producimos para consumo local ya que su dinámica es muy diferente, por ejemplo, es sabido que somos potencia mundial en Café, Plátano y Flores, pero estas dependen de mercados que por ahora nos los reciben sin restricciones y sin impuestos o con tasas preferenciales, EUA tiene una fuerte cultura de subsidios al agro local unido a restricciones a las importaciones a través de altas tasas impositivas. Es tal vez el mayor productor de Maíz y sería muy difícil competir contra alta tecnología productiva mas ayudas y subsidios estatales, afortunadamente, el consumo interno de ellos es tan alto que importan de Méjico sobre todo para la producción de etanol, es decir no atacaría la producción nuestra porque nadie se pondría a venderle a Colombia sabiendo que recibirán mejor pago en su mismo país y no tienen que preocuparse de todo lo que significa exportar, pero esto se da por la coyuntura económica del costos de petróleo, el principio de desigualdad sigue presente en que USA subsidia la producción y eso sería una competencia desleal, allí se deben establecer salvaguardas o políticas de sustitución de cultivos para evitar el daño que esto ocasionaría.

Bueno como el tema es largo y complejo creo que toca dejar para otra oportunidad el tema de las exportaciones.

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