Todas la personas tenemos la misma dignidad de hijos de Dios.
Algunas, nos equivocamos más que otras, pero gozamos siempre de la posibilidad infinita del perdón de Dios.
Esto es aún más esperanzador, cuando se encuentran personas genética o psicológicamente alejadas de lo que la sociedad considera normal.
Ellas, al acercarse al Señor para pedir su protección, merecen todo nuestro respeto, comprensión y cariño suficiente para encomendarlos con nuestra oración, seguros de que merecen su bendición.
Mhttps://www.bluradio.com/mundo/el-vaticano-autoriza-las-bendiciones-no-liturgicas-de-parejas-del-mismo-sexo-cb20
La democracia vapuleada por el tirano venezolano, no puede reivindicarse sin la acción decidida de las fuerzas armadas que fieles a su juramento patrio deberán defenderla ante la amenaza sistemática y perversa del régimen de Maduro que, con su accionar, no solamente la...
Comentarios