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Red Global de Conocimientos en Auditoría y Control Interno

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Consuelo DiGuglielmo, CFE


 

Profesionalismo es la marca que identifica a aquellos que tienen grandes valores y principios, cuyo comportamiento es consecuente con sus palabras. Uno de los componentes más importantes en nuestra marca profesional es la ética. Ésta tiene muchos sinónimos: conducta, norma, comportamiento, actuación, proceder, moral, integridad, conciencia. La ética, que es la que propone la valoración moral de las personas, acciones o situaciones, es la que guía nuestro comportamiento. La ley y la ética no son intercambiables, cada una tiene una connotación diferente. La justicia es la ciencia que regula el orden social a través de leyes y sanciona a quienes las eluden. La ética discierne entre el bien y el mal. Nuestras acciones en la vida son influenciadas por ella. Establece una conducta a seguir ante el día a día y los dilemas que nos obligan a renunciar a los beneficios para mantener algo valioso, nuestra rectitud y convicciones, “trade off.” Renunciar a una suma de dinero que excede nuestro salario, cuando recibirla implicaría hacerse el ciego ante una situación fraudulenta, muestra una marca profesional que trae gozo al interior de quien actúa con integridad, al sobreponerse a la tentación y tener el orgullo de mirar directo a los ojos de quienes le rodean.

 

Toda organización busca crear consciencia de estos atributos. Por supuesto, el resultado final está determinado por el compromiso individual de cada participante.

 

El éxito de un profesional está ligado a un comportamiento activo, en términos de sus palabras y acciones cuando enfrenta dilemas éticos. El comportamiento de la gente exitosa está sellado por un alto grado de confianza y seguridad. Nada hace tan atractiva a una persona como aquellas acciones que dejan huellas imperecederas, porque han impactado a muchos dentro y fuera de la organización. Esta seguridad en sí mismo es posible alcanzarla a través del conocimiento, la educación y las buenas maneras, pero ante todo, el respeto por los demás y un comportamiento ético a toda prueba.

 

El conocimiento nos hace orgullosos de nosotros mismos porque podemos ayudar a otros, brindar opiniones valiosas y proveer dirección en momentos críticos.

 

Incrementar nuestra educación y conocimiento es un reto que surge día a día, el cual nos permite alcanzar otros niveles dentro de nuestra organización y rodearnos de otros profesionales que ya han superado nuestro nivel actual. Lograrlo requiere compromiso, dedicación y disciplina.

 

Cuando maximizamos nuestras habilidades maximizamos nuestras oportunidades y resultados al mismo tiempo. Con ello contribuimos a fomentar un ambiente de honestidad y confianza que contagia y motiva a todos en la organización. Quienes ya tienen posiciones de mando deben imponer el tono que todos deben seguir, liderar con su propio ejemplo.

 

El compromiso individual es propender por una cultura individual y organizacional marcada por el orgullo de pertenecer a la organización, dar lo mejor, actuar con ética de manera intencional, con integridad todo el tiempo, y fomentar la excelencia en todos los niveles.

 

Transmite tu sello personal de profesionista exitoso con tus valores, palabras y acciones; todos marcados con honradez, rectitud, probidad, entereza, honestidad y decencia. En dos palabras: ética e integridad.

 

 

Fuente: http://www.revistadelfraude.com

El anterior artículo cuenta con la autorización original de la Revista de Fraude de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, ACFE Capítulo México, donde se realizó la publicación primaria, y se autorizó su publicación en www.auditool.org

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