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En esta oportunidad no voy a hablar ni de economía ni de empresas. Quiero reflexionar de manera pragmática sobre algunas

enseñanzas personales que esta crisis nos está brindando.

Creo que todos hemos escuchado hablar sobre la Pirámide de Maslow. Es una teoría psicológica con la cual el autor jerarquiza las necesidades humanas. Maslow afirma que los seres humanos en la medida que satisfacen sus requerimientos básicos, van desarrollando necesidades cada vez más elevadas.

Son cinco las jerarquías que se grafican en la famosa pirámide de Maslow.

En la base inferior se encuentran las necesidades básicas y en la parte superior se ubican las más elevadas.

Lo más básico es lo fisiológico (respiración, alimentación y descanso), seguido por la seguridad (empleo, familia y salud) , lo social (amistad, afecto e intimidad), el reconocimiento (éxito y respeto) y por último, la autorrealización (subjetiva para cada uno).

De un momento a otro y casi sin darnos cuenta, en cuestión de semanas,

la vida en todo el planeta se nos fue reduciendo a un solo espacio.

Se redujo a nuestras casas, lugar donde en la mayoría de los casos nos encontramos ahora compartiendo con tu familia nuclear, aquella formada por los padres y sus hijos.

Hijos, los seres más importantes para cualquier persona, para quienes en muchas ocasiones no tuvimos tiempo para ellos, por estar preocupados en tantos asuntos supuestamente más relevantes, tales como lograr el éxito y el respeto.

Padres, aquellos seres que nos dieron la vida, para quienes quizás pasaron días sin que nos acordáramos de ellos, también por encontrarnos ocupados supuestamente en asuntos más importantes, tales como lograr obtener un nuevo reconocimiento.

¿En qué ocupábamos la mayor cantidad de nuestro tiempo?

• ¿En nuestra empresa, trabajo y vida social?
• ¿Acumulando dinero y bienes suntuosos para adquirir un status en una sociedad cada vez más consumista y materialista con la cual ahora no podemos compartir?
• ¿En largos desplazamientos en los medios de transporte para llegar hasta nuestras empresas o lugares de trabajo?
• ¿En interminables sesiones de selfis para congraciarnos con una sociedad esnobista de la cual estamos ahora apartados?

No propongo posiciones exageradamente minimalistas,

ni pretendo afirmar que las empresas y el trabajo carezcan de importancia, de hecho creo que son medios que nos permiten generar el dinero necesario para pagar el costo de vivir, además de ser motores fundamentales para el desarrollo del mundo.

Tampoco pretendo desconocer la importancia de la amistad, del esparcimiento y de las diversas actividades sociales.

Lo que deseo es que reflexionemos sobre el desbordado empleo de nuestro tiempo buscando aquellas necesidades supuestamente más elevadas, aquellas que ahora en su mayoría, carecen de importancia.

Hoy nuestras agendas y compromisos cambiaron.

Hoy nos vemos obligados a vivir con lo esencial.

Hoy nos encontramos solo con nuestras familias.

Hoy no estamos usando joyas.

Hoy no nos vestimos con nuestra ropa de marca.

Hoy compartimos con nuestras familias que nos aman por nuestra esencia, no por lo que aparentamos.

Hoy retornamos a lo Básico.

Esta es una lección que nos debe llevar a recomponer nuestra propia pirámide de necesidades.

Debemos analizar realmente cuáles son nuestras prioridades y cuál es el verdadero lugar que le estamos dando a nuestras familias, a nuestras empresas, a nuestros empleos y a la sociedad en la cual nos desarrollamos.

Muchas veces nos preocupamos en exceso y hasta llegamos a perder nuestra paz y salud, por cosas que realmente no son esenciales.

Hermann Stangl
Fusiones, Adquisiciones & Valoraciones
www.stangl.com.co

#SiempreEmpresas

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