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Mañana martes 1 de septiembre abrirá puertas Armería Real Hotel, una joya arquitectónica de Cartagena de Indias perteneciente a la cadena GHL.

Flor Isabel Vega, gerente general, Armería Real Hotel.

Flor Isabel Vega, Armería Real Hotel (Foto: Frezh.co)


Enclavado en frentecito del Baluarte del Reducto, justo antes del tomar el Puente Román hacia Manga, está el Armería Real, un upscale perteneciente a la gama GHL Collection. Se trata de una propiedad de 3 mil m2 que contiene 39 dormitorios, restaurante, servicio de spa y una bellísima terraza con piscina.

Su patio enclaustrado es uno de los lugares más espectaculares gracias a los coquetos toques coloniales, palmas nativas y una fuente de agua que recibe caudal desde el tercer nivel… mejor dicho, un imperdible en Cartagena de Indias.

Sin embargo, a pesar de su historia, arquitectura y reputación, este hotel tampoco se salvó de la debacle turística que azota a la ciudad desde mediados de marzo de 2020. Para hablar del tema, invité a su gerente general, Flor Isabel Vega:

Luego de casi 6 meses de cuarentena, ¿Cuáles han sido las lecciones aprendidas con la caída del turismo por el cierre de fronteras, aeropuertos y hoteles?

Algo que aprendimos fue a tener en cuenta el mercado nacional y local como un segmento cercano y de primera mano que -ante la contingencia- se convirtió en nuestro target principal. Ahora bien, desde el área administrativa, esta fue una oportunidad para optimizar nuestros recursos al máximo, cuidando los pesitos y estirándolos como nunca antes. En operaciones, por su parte, logramos implementar la multitarea como una práctica habitual. Esto se tradujo en un recurso humano multi-propósito, totalmente flexible y –por sobretodo-, muy comprometido.

¿Cuántos colaboradores tenía Armería Real antes del cierre y con cuántos arrancará al abrir puertas el 1 de septiembre? ¿Cómo piensa incorporar a los que quedaron por fuera?

Hasta antes del cierre temporal, Armería Real tenía 37 empleados. Hoy, listos para abrir, lo haremos con 21 colaboradores. La idea inicial consistió en salvar el barco primero y luego, ir recogiendo los colaboradores que fuimos dejando atrás. Tratamos de conservar al máximo la fuerza laboral y, obviamente, nos iremos reforzando cada vez más hasta lograr incorporar a todos. Iniciaremos integrando a más personas al área operativa según sea la demanda de clientes. Por experiencia sabemos que a mayor cantidad de huéspedes, la operación se hará más robusta y ‘nos pedirá más cuerda’. Esta época ha sido especialmente retadora al punto que nos ha hecho repensar los procesos, los costos y gastos anteponiendo siempre al recurso humano.

Antes de la pandemia, Armería Real estaba en remodelación. ¿Qué pasó con ella? ¿Cómo se retomará?

Más que remodelación veníamos trabajando en remozar el edificio y su decoración, junto con un mantenimiento hotelero que nos permitiera presentar un producto de alojamiento a la altura de Cartagena y del target al que apunta nuestra categoría GHL Collection. De igual manera y con los materiales que teníamos en stock nuestro personal de mantenimiento trabajó a puerta cerrada en la continuidad de esta labor aprovechando para hacer aquellas intervenciones que conllevarían ruido, polvo y demás incomodidades que podrían ocasionarse si el hotel estuviese operando.

A partir de ahora, los empleados deben ‘jugar tetris’ para ingresar al hotel. Explíquenos esta experiencia…

¡Si claro! (risas) Para dar cabal cumplimiento y hacer honor a las certificaciones logradas de Bureau Veritas Safe Guard y Cotelco Juntos contra el Covid, hemos tenido que invertir una suma considerable en elementos de bioseguridad, así como replantear turnos de ingreso escalonados de manera que no tengamos aglomeraciones de empleados a una misma hora. A la vez debemos hacer cumplir los protocolos de toma de temperatura y desinfección con sus respectivos registros y -como la prestación de nuestros servicios en su mayoría son 24 horas-, la articulación de cambios de turnos y procesos de bioseguridad se convierten –literalmente- en un torneo diario de Tetris.

Antes de la pandemia, las calles del Centro Histórico, de Manga, Bocagrande, Laguito y Getsemaní venían una bonanza de dólares y euros… Parece que en la reactivación -al menos hasta final de año-, se verán solo pesos. ¿Qué opina de esto?

Como lo expresaba anteriormente, será el primer aprendizaje incluso para la ciudad. Con ello quiero decir que todos los actores de nuestra industria deberán tener en cuenta al segmento nacional e incluso local para reactivarnos. Además, Cartagena misma deberá aterrizar el nivel de costos y concientizarse que la moneda local es en pesos como cualquier ciudad colombiana y no en divisas como estaba acostumbrada a recibir antes de la pandemia.

¿Cuál es su visión sobre el cambio del turismo en Cartagena? ¿Cómo será a mediano y largo plazo?

A corto plazo se enfocará en el mercado doméstico, mientras que a mediano plazo será un proceso de adaptación a las nuevas exigencias del mercado, a los nuevos procesos de bioseguridad, a las nuevas estructuras de costos. También debemos ser capaces de ajustarnos a cadenas de intermediación más reducidas así como a oportunidades de servicios integrales de hotelería y turismo. También veremos sinergias entre diferentes prestadores de servicios bajo sellos de bioseguridad comunes. A largo plazo, me atrevo a visionar una demanda de turismo mucho más sostenible para generaciones futuras.

¿Cómo afectará esta nueva realidad a la tarifa del Armería Real?

Si bien es cierto que las tarifas hoteleras se mueven dentro de la oferta y la demanda y que este principio seguirá vigente, no podremos olvidar la categoría del hotel y el nicho del mercado para el cual fue proyectado. Tampoco podremos desconocer que continuaremos con estrategias de mercadeo y promociones para incentivar a nuestros huéspedes y usuarios.

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