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Thomas McAllister, Country Manager Colombia de NovoPayment

Crear alternativas eficientes e instantáneas para que los clientes dejen de usar efectivo sin importar el lugar ni el dispositivo es el cuello de botella de las instituciones bancarias modernas.

Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Especialmente en entidades que todavía utilizan lenguajes como Cobol, Pascal y LINC sobre los cuales construyeron su core bancario. Tales tecnologías –muy populares en los años 90- le han quebrado la cabeza a muchos ingenieros que intentan conectar los servicios bancarios a la web, movilizar las aplicaciones e impulsar las transacciones desde cualquier canal.

Banco Popular y Banco Davivienda –para no ir muy lejos- tienen grandes grupos de ingeniería buscando la forma de actualizar sus sistemas antes de que queden obsoletos por cuenta de la transformación digital.

“La clave está en las APIs”, dice Thomas McAllister, Country Manager Colombia de NovoPayment, una fintech basada en Miami que está ayudando a los bancos a desarrollar iniciativas de pagos locales mediante Interfaces de Programación de Aplicaciones (API), una especie de bibliotecas de programación que abstraen procesos, funciones y métodos que son utilizados por otros programas informáticos.

“Mediante una API, un programador puede recurrir a una funcionalidad y así se evita el tener que programar la tarea desde cero”, explica McAllister. Su tesis se sustenta en que los bancos tienen sí o sí que aumentar las capacidades de sus sistemas heredados para aceptar nuevos flujos transaccionales provenientes de múltiples canales.

Mediante una API, un programador puede recurrir a una funcionalidad y así se evita el tener que programar la tarea desde cero”.

Además de los aspectos meramente técnicos, los bancos enfrentan otro desafío: resolver el eterno dilema del acceso que tienen las personas y las empresas a los productos financieros. Es decir, hacer asequibles el ahorro, los pagos y transferencias, los seguros y créditos.

 

INCLUSIÓN FINANCIERA

En este sentido, parece que NovoPayment está arando en terreno fértil: el Banco Mundial estima que unos 200 millones de adultos en todo el mundo no posee una cuenta bancaria.

El asunto con este grupo poblacional es un dolor de estómago para los bancos, pues el 59% de los adultos que no tienen una cuenta bancaria menciona la falta de dinero como la principal razón. “Esto implica que los servicios financieros aún no son asequibles o no están diseñados para ajustarse a las necesidades de usuarios de ingreso bajo”, dice el Banco Mundial.

Por si esto fuera poco, más de 200 millones de pymes asentadas en las economías emergentes carecen del financiamiento adecuado para prosperar y crecer.

“Son individuos ‘no bancarizados’, dice McAllister. “Personas que tienen que pagar todas sus facturas –mercado, transporte y servicios, entre otras- en efectivo. Además de tener menos posibilidades de acceso a crédito (por no estar en el sistema financiero), este fenómeno deriva además en incomodidades y robos”.

Para paliar esta situación, NovoPayment ya ha desarrollado 37 APIs capaces de transformar en digitales los principales procesos bancarios. Eso incluye apertura de cuentas, movimientos de dinero, consulta de saldos y movimientos, así como soporte y servicio a usuarios. Mejordicho: APIs que ayudan a los bancos a transformarse digitalmente.

 

DEVELOPER HUB

Sin embargo es complicado hacer que un banco utilice APIs de buenas a primeras. Pensando en ello, NovoPayment creó un espacio virtual de pruebas llamado Developer Hub. “Es un portal de APIs que le permite a los desarrolladores crear nuevas soluciones, mejorar sus productos existentes y acelerar sus iniciativas de innovación en un entorno seguro y controlado”, prosigue McAllister.

La vaina ha estado tan buena que ya lograron desmarcarse del mercado bancario y ahora están echando raíces en industrias como manufactura, distribución , transportación y alimentos y bebidas en Chile Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela, que atienden mediante 300 empleados.

“Tenemos más de 9.000 clientes que realizan 300 millones de transacciones anuales”, revela el ejecutivo quien muestra sonriente una lista de clientes donde aparecen Unilever, P&G, Samsung y McDonalds. A nivel local, Avianca, el Banco Pichincha y Rappi ya utilizan activamente su tecnología.

“Bien sea Uber, AirBnB o Rappi, la economía digital está aquí y las organizaciones deben ser capaces de entregar servicios financieros digitales a millones de personas que quieren utilizar su celular para acceder a un servicio”, finaliza McAllister. “Es aquí donde nuestra propuesta cobra sentido: dar acceso a procesos transaccionales eficientes, seguros e instantáneos para dejar de utilizar efectivo.”

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