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Por Camila Ortiz Gómez. Investigadora RADDAR CKG

Después de un corto y extraño 2020, empezamos un nuevo año con un proyecto de ley en Argentina que permite legalizar el aborto después de una larga lucha, una nueva cepa del Covid-19, esto acompañado de una apresurada vacuna que ha llegado varios países y determinando en parte la dinámica de las economías. Sin embargo, este 2021, empezó con una fuerte demostración de la influencia de las redes sociales. Si, las redes sociales se han vuelto más que un espacio de entretenimiento y han pasado a ser un escenario de conversación pública. Así se demostró, después del histórico y violento episodio de la toma del Capitolio en Washington.

Varios extremistas y opositores del electo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden decidieron entrar entre arengas, palos y  rifles al legislativo «protestando» por la elección del nuevo presidente demócrata, rotulada esta, por denuncias y sombras de corrupción por el máximo representante del ejecutivo sin que estos pudiesen demostrarse. Pero uno de los hechos más contundentes tienen que ver con la justificación del presidente saliente ante estas acciones, que para muchos no tuvo que ver con una «protesta», sino más bien, con un acto terrorista y de boicot a la democracia.

Este fuerte mensaje por parte del presidente de los Estados Unidos, generó un sinfín de comentarios, particularmente negativos y las redes sociales no se hicieron esperar. Twitter, una de las plataformas más importantes para Trump, decidió suspender su cuenta y abrió un debate que seguramente no tendrá final.

Este nuevo antecedente tejió una controversia sobre la violación de la primera enmienda, sin embargo, las empresas tecnológicas se defienden al caracterizarse de orden privado, pero a la vez son gratuitas, por ende, la confusión es mayor. La libertad de expresión ha sido un tema fundamental en los últimos años y su violación genera indignación por parte de los que son afectados.

La suspensión de la cuenta del presidente Trump no sólo en Twitter, sino también en Facebook e Instagram podría manifestar lo que es bueno y malo para las redes sociales, pero ¿por qué no se ha hecho anteriormente?, como por ejemplo con Nicolás Maduro, la cual ha tenido un gran número de demandas en sus tweets. Allí es donde, estos espacios de comunicación y entretenimiento generan confusión y en la población y más que eso, una larga y quizá infinita discusión si es censura o simplemente un derecho de admisión de empresas tecnológicas privadas.

En todo caso, este hecho, marcó un hito en lo que va del 2021 y sobre todo una densa, acalorada y profusa discusión entre los usuarios de las redes, los cuales defienden y atacan la postura de Twitter y demás, dejando claro que las redes sociales se han convertido en uno de los espacios más importantes, sino es el más, de la esfera y opinión pública, pues no sólo inciden en contiendas electores, sino también, en las conductas sociales de cualquier índole.

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