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El mundo en que vivimos y la humanidad están construidos de una forma que hace pensar que muchas de las actividades clave se llevan a cabo en dos etapas por ejemplo: en el segundo tiempo  o acto de una obra teatral, o como sucede con el football o el basketball, los años tienen primer semestre y segundo, los meses tienen la primera quincena y la segunda, etc. También encontramos que hay ocasiones en las cuales hay tres actos, como en las cartas, o en los libros o en algunas obras teatrales, con introducción, desarrollo y finalización, hay situaciones que ameritan cuatro etapas como las estaciones en el clima, o los trimestres del año, las hay de cinco como la vida humana, nacemos, crecemos, nos reproducimos, envejecemos y morimos y así podríamos llegar a la biblia y encontrar que Dios hizo el mundo en siete días, etc.

 

Hay ocasiones en las cuales las tareas se ejecutan en la primera vez, pero lo más frecuente es que el resultado se obtiene después de una secuencia de eventos, por ejemplo, casarse o contraer matrimonio es el resultado de una secuencia de eventos y muy difícilmente se da u ocurre en el primer evento. Hay que ver el segundo tiempo.

 

En el juego empresarial o personal es importante asegurar que haya una segunda vez o un segundo tiempo y en general debemos establecer vínculos que lleven una secuencia. La clave está en prolongar el juego tanto como sea posible, a nuestro favor.

 

Hablando de las secuencias, los resultados parciales son interesantes e importantes pero no son lo clave, lo vital es el resultado final, el definitivo. Es como el estudio en el colegio, cada curso debe ser aprobado y contribuye a la construcción del resultado, pero lo que cuenta es si uno se gradúa como bachiller o no (Resultado final).

 

En otras palabras, no importa mucho el resultado parcial de una pelea de boxeo, si en el último asalto noqueamos al adversario y ganamos (Recuerdan a Rocky?).

 

El punto a tener en cuenta es el final de la secuencia, eso es lo que realmente cuenta!

 

Esta forma de ver las cosas mejora la planeación de las acciones. En el ajedrez, a veces es interesante dejar que el adversario coma varias de nuestras fichas, si en el plan que elaboramos, al final de las movidas le damos jaque mate.

 

Todos tenemos que pasar en la vida por malos momentos, pero lo interesante es que los malos momentos son pasajeros o son un intermedio hacia los buenos momentos y muchas veces son intermedio obligado en el camino hacia el triunfo.

 

En esos momentos difíciles, donde parece que uno lleva todas las de perder (Y de verdad está perdiendo o está perdido), y el mundo se le viene encima, lo recomendable es mantener la serenidad y aguantar hasta que pase la tempestad y venga la calma.

 

Piensen por un momento lo que sintió Hillary Clinton cuando se descubrió el  tema de las relaciones de Bill con Mónica…Aparte de saber el engaño, la prueba tuvo que pasarla ante los medios de comunicación mundial, la presión política, el destino del presidente de los Estados Unidos, el ejemplo para su hija…Qué hubiera hecho Usted si hubiera estado en los zapatos de Hillary en esos momentos difíciles?…Pero pasó el chaparrón y su aguante, su fortaleza y su inteligente respuesta a la encrucijada la llevó conservar su matrimonio, lanzar un libro millonario y  a volverse senadora de los Estados Unidos! El resultado final fue lo opuesto a la condición durante el escándalo, donde todo estaba perdido.

 

La vida es así. Yo mismo he experimentado muchas veces momentos de gran frustración en los cuales todo ha estado perdido y luego sale el sol de una manera impresionante. El segundo tiempo tiene su encanto.

 

En el mundo empresarial o personal, a diario experimentamos situaciones en las cuales todo lo importante lo hemos perdido, pero luego, si manejamos con calma el temporal y nos llenamos de serenidad, valentía y creatividad para transformar lo negativo en positivo, todo cambia y podemos salir victoriosos. La vida del empresario está llena de ejemplos así. No puede uno guiarse solamente por las derrotas, todo cambia en forma asombrosa.

 

El juego empresarial está, como todos los juegos, sujeto al riesgo permanente y en ocasiones ocurre como menciona la vieja reflexión, “la diferencia entre un desertor y un héroe es apenas cinco minutos!”.

 

En las empresas y en la vida se pierde y se gana todos los días, lo importante es que a final del periodo o de año los resultados sean buenos o en el largo plazo así lo sean. Tanto los ejecutivos como los empresarios y en general las personas apuestan a ganar. Todos saben que puede haber épocas difíciles en las cuales lo más importante es sobrevivir, porque en el largo plazo hay muchas oportunidades, si uno está vivo para apostar a ellas.

 

Los empleados o las personas pasan por situaciones similares. Hay momentos en que a un empleado o a una persona todo le sale mal. Días o meses después puede resultar que el mal empleado se convierte en el empleado de admirar. Yo lo he visto muchas veces. He visto cómo un empleado o un ser humano queda “amenazado” por bajo rendimiento y antes de un año, después de estar en la oscuridad total, es premiado por ser la estrella que salva los resultados de su departamento o de la organización. Otros han salido por malos o como consecuencia de las famosas reducciones de personal y luego encuentran en otra organización o labor el triunfo que les había sido esquivo, casi podríamos decir que gracias a la salida de la empresa encontraron el éxito.

 

Por eso volvemos a los partidos de football. Que importa si nos hacen un gol en el primer tiempo, si en el segundo tiempo metemos dos goles y uno de ellos es en el último minuto!

 

Por eso se dice que los partidos de football duran noventa minutos y hasta el final no se puede cantar victoria.

 

Lo clave es mantenerse activo los noventa minutos y jugar a ganar, no tiene sentido retirarse habiendo jugado quince minutos, así vayamos perdiendo. Vale la pena luchar y esforzarse por cambiar la mala racha. Recuerden que “En juego largo hay desquite” y la vida  es un juego bien largo, donde es posible que apenas vayamos en los primeros cinco minutos, así nos hayan parecido 50 años!

 

Yo particularmente soy un jugador de segundo tiempo…Allí gano todas las guerras!

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