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hadler@stanfordalumnui.org

Cuando un mercado sufre una caída superior al 20% con respecto a su pico más reciente, se le clasifica tradicionalmente como un mercado a la baja (“bear market”).

Ocurrió el pasado miércoles 11 de marzo con el índice Dow Jones Industrial Average, que tras soportar ese día una caída de más de 1.400 puntos, cerró en 23.553, con una baja de 20.3% con respecto a su pico de 29.551 alcanzado en febrero 12 pasado.

En tan solo 19 días marcó el fin del mercado alcista más prolongado en la historia en lo referente a las acciones de las grandes empresas norteamericanas, que había comenzado en marzo 9 del 2009.

El día siguiente, el turno fue para el índice Standard & Poor’s 500, que cerró en 2,480, tras un desplome de 9.5% ese día. Le tomó apenas 16 días, contados desde su reciente pico de 3.386 en febrero 19, convirtiéndose en la más veloz de la historia, y casi el doble de rápido en relación con la gran caída de 1929, de acuerdo con el diario USA Today.

Esta caída habría de alcanzar 30% unos pocos días más tarde.

El lunes 9 de marzo, en Europa ya se había presentado el mismo fenómeno, en índices como el CAC-40 de Francia, DAX de Alemania, FTSE 100 del Reino Unido, y el Stoxx Europe 600.

Ese mismo lunes, el índice Russell 2000 de medianas y pequeñas empresas también se había transformado en un mercado a la baja. A diferencia del S&P 500, este índice ya había alcanzado ese estado durante el gran sacudón de finales del año pasado. El sector de energía, por su parte, ha venido siéndolo desde comienzos de año. Y ni qué hablar de la bolsa de Colombia, que este año ha acumulado pérdidas hasta de 50%.

UN POCO DE HISTORIA
De acuerdo con un análisis de CNBC y de Goldman Sachs publicado en el Wall Street Journal, a partir de la segunda guerra mundial se han producido 12 mercados a la baja, con una caída promedio de 32.5%. Su duración promedio ha sido de 14.5 meses, y han tomado dos años en promedio para recuperarse. La última se había producido entre octubre de 2007 y marzo del 2009, con una caída de 57%, habiendo tomado más de cuatro años para recuperarse.

QUÉ HACER CON EL PORTAFOLIO
Esta semana, el señor Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal, hablaba sobre la posibilidad de que en su país se produzca una “aguda, pero corta recesión.” Alegaba que mientras en la crisis financiera del 2008 los bancos fueron quienes infectaron a la economía, esta vez fueron problemas en la economía, a causa del virus, quienes infectaron a los bancos.

Quizás tenga razón, quizás no la tenga.

En realidad es muy poco lo que aún se sabe sobre el comportamiento del virus. Es una situación inédita y severa. Además, las cifras que están empezando a aparecer sobre el desempleo son alarmantes.

Ante tal incertidumbre, sería un error pensar que una aparente estabilización en el mercado constituye un buen punto de entrada.

Lo que sí se sabe, es que cuando se trata de portafolios correctamente diversificados, y de acuerdo con la edad, los objetivos de largo plazo, y la tolerancia a la volatilidad, el mejor consejo es hacer muy poco, o mejor aún, no hacer nada.

Para los especuladores, es solo un recordatorio de que tarde o temprano los mercados terminan pasando la cuenta por las imprudencias.

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