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En tiempos de COVID-19…

Lentejas, arroz y fríjoles fueron algunos de los primeros productos que corrimos a buscar desenfrenadamente en los almacenes cuando nos enteramos que la COVID-19 había pisado Colombia. Aunque las imágenes que veíamos en las redes sociales y los medios de comunicación de los miles de consumidores haciendo largas filas en los supermercados para comprar todo lo que fuera necesario era un escenario un poco exagerado para algunos, puso a prueba a la industria frente a si tenemos la infraestructura, la cadena logística, el personal, los equipos y las personas para llevar alimento a todas las mesas de los colombianos. Además nos hizo preguntarnos sobre la producción agrícola ¿Podrá el campo colombiano responder a este reto que la COVID-19 representa en términos de abastecimiento? 

Uno de los focos de gestión más importantes de los Gobiernos hoy en el mundo es garantizar la seguridad alimentaria de cada país. Previo a la cuarentena mundial, la prioridad era exportar y conquistar el consumidor extranjero. Actualmente, ante un cierre de fronteras en casi la totalidad de los territorios, esta prelación se mantiene, pero con mucha atención hacia el consumidor local, quién también enfrenta una realidad particular para adquirir los productos que necesita.  En países como el nuestro la protección en términos de abastecimiento inicia en el campo, el cual se ve obligado a conservar altos niveles de producción bajo los mismos estándares de calidad, sin sacrificar los márgenes de rentabilidad, todo un desafío que sin duda es cuestión de química.

foto abastecimiento

A pesar de la complejidad de la situación, existe una fórmula para enfrentar este gran desafío que nos impone en el campo nuestra nueva realidad, la reinvención desde la virtualidad y la sinergia.  Piense en esto: si toda la cadena productiva se reinventa, trabaja en sinergia para lograrlo y se adapta rápidamente a las nuevas demandas de los clientes, es posible mantener los resultados y el crecimiento económico que varios de nuestros cultivos en el país venían presentando. Esto significa, además, incrementar y acelerar el nivel tecnológico de los procesos y la creación de herramientas innovadoras que permitan capitalizar aún más los ingresos de los agricultores.

Seminarios digitales, en los que capacitamos y asesoramos desde la distancia a pesar de las restricciones de movilidad; acompañamiento y asesoría virtual en los momentos clave de la cosecha; abastecimiento oportuno de las soluciones que requieren, son algunas de las iniciativas que las empresas pueden implementar para mantener la prosperidad del campo, y en últimas, para llevar los alimentos que el país necesita en esta situación.

Reinvención y sinergia para el abastecimiento local

La COVID-19 desde el punto de vista del agro nos deja varias lecciones. Una de las más importantes es que contar con el alimento que el país necesita es cuestión de química. Sí, suena extraño, pero recordemos que en el campo es dónde empieza todo el proceso. Y que este necesita de la química, una que sea por supuesto sostenible y proteja el bienestar de las personas, para tener los resultados destacados que presenta en Colombia.

Para que el agro se mantenga altamente productivo, con los mismos estándares de calidad que el mercado interno e internacional requiere, es fundamental la provisión oportuna de las soluciones que se requieren para proteger y potenciar las cosechas. Para empresas como BASF, que dotan a los agricultores de dichos elementos,  fue clave la planeación y la preparación de esta situación. Conocer muy bien al cliente y anticiparse a sus necesidades para responder de manera oportuna fue fundamental para abastecer la zona rural con lo que necesita.  Por supuesto, es clave mantener la protección, el respaldo y la seguridad que nuestros agricultores necesitan para mantener nuestra promesa de valor.

 Sin duda, la realidad de hoy llevará al mundo a crear y experimentar, así como si se tratase de una fórmula química, reinventarse implicará nuevos modelos de negocio que revelaran resultados interesantes para todos como sociedad. Lo que debe permanecer, como ya lo vemos en la actualidad,  es la cooperación entre agricultores y empresas.  Así que reinvención y sinergia, es la fórmula con la que podremos aumentar la productividad y la competitividad del campo colombiano, uno de los más destacados en la región.

¿Tienes preguntas sobre cómo la química puede contribuir al desarrollo de vías más sostenibles en Colombia o sobre cualquier otra aplicación de la química en la cotidianidad? Puedes escribirnos a comunicaciones-bcn@basf.com y en nuestra próxima entrada te responderemos.

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